martes, 30 de septiembre de 2008

Actividades Economicas en Huaral




Huaral es la ciudad capital del distrito y de la Provincia de Huaral. Ha sido considerada una de las despensas de Lima, por su gran producción de productos agrícolas de panllevar.


También fue conocida por la producción de las naranjas Huando, en la Hacienda del mismo nombre hasta mediados de la segunda mitad del siglo XX.



A 8 km al este de Huaral se yergue la antigua residencia de los hacendados que dieron a conocer la naranja huando, caracterizada por no tener pepas, la ex – Hacienda Huando de propiedad de la familia Graña y que por motivos de la Reforma Agraria se convirtió en Cooperativa (24 de Junio e 1969) es otro lugar turístico de este Distrito. Fue famosa por sus naranjas sin pepa, y por la presencia de grandes toreros que realizaron faenas en el Toril de Huando, y por su casa hacienda de tipo español y su linda capilla, famoso también por sus caballos de paso.


Huando está a tres minutos de Huaral en auto por una carretera asfaltada. Actualmente elabora licores a base de uva, naranja, mandarina, también produce miel de abeja, pecanas, espárragos, etc.


Cuentan con un Mini Museo, llamado Museo Arqueológico Antonio Graña Elizalde" y que funciona en la Escuela N' 21559 de Huando. En este Museo, se encuentran gran cantidad de ceramios, objetos, telas y una momia llamada Momia Rosita de Huando.


Poco antes de esa fecha ya se perfilaba como un centro agroindustrial muy importante, además brinda al viajero una oferta gastronómica importante. Se puede disfrutar deliciosos platos típicos como el escabeche, la carapulcra, el adobo, el arroz seco, los chicharrones, el sancochado y buenos vinos de la zona.


La población en Huaral esta avocada a la agricultura, tanto es asi que se ha creado el Instituto Superior Tecnológico Huando, creado por iniciativa de los integrantes de la Cooperativa Agraria de Trabajadores Huando Ltda. Para cubrir la necesidad de profesionales en el campo agrario. Inicialmente se constituyo como una entidad particular y a partir del presente año ya es una institución estatal gracias a las gestiones de los docentes y el apoyo incondicional de los socios de la Cooperativa Agraria de Usuarios Huando Ltda. Quienes en todo momento han brindado su ayuda desinteresada para que esto se concretice. Actualmente se brinda la Carrera Profesional de Agropecuaria.


martes, 2 de septiembre de 2008

La Tejedora

René Chávez Sotero, tiene 58 años y desde hace 5 vive en el Cerro Cachito, aprendió el oficio de tejedora de su madre, y llego al cerro Cachito por circunstancias que como ella misma dice, solo ocurren en telenovelas.


René se vio en la calle, adeudada y sin trabajo, debido a su hermana quien no solo hecho a René de su casa, si no que también hurto su DNI para abrir una cuenta en el banco, sin tener a donde ir y con una discapacidad con la que nació, se albergo en el cerro Cachito y pidió ayuda a la asociación.


Ahora vive ahí prácticamente abandonada, sobrevive con la ayuda del comedor popular del cerro y de la buena voluntad de sus vecinos, quienes siendo pobres como ella le dan la mano, tiene dos hermanos que no se acuerdan de ella, y una sobrina que la visita de vez en cuando.


A pesar de sólo poder mover mitad del cuerpo, teje vestidos a crochet y los vende a treinta soles, entre sus conocidos y amigos, lava platos en el comedor popular a cambio de comida y ayuda en una tienda de abarrotes.


La situación de René empeoró cuando sufrió un accidente de auto que daño su pierna buena, ahora tiene clavos en el tobillo y la osteoporosis la tiene mal de la columna, para colmo de males la aseguradora Pacífico no le pagó los costos de la operación, por una mala jugada de la dueña de la camioneta que le causo el accidente.


René vive sola y no puede evitar llorar cuando habla, camina con mucha dificultad a lo largo del terral del cerro Cachito, tiene una silla de ruedas que le regalo el estado, sin embargo nadie que la empuje, debido a su situación recibió el año pasado un modulo de Repsol.


René no tiene mucho porque sonreírle a la vida, dirían muchos ,sin embargo tiene mucho entusiasmo y esperanza en el futuro, estudia de 3:00 pm a 8:00 pm para graduarse de la escuela secundaria y entre lagrimas y risas nos cuenta que lo mas difícil de la escuela es la química.

Familia de joyeros

Félix Lozada Delgado tiene 51 años y es joyero desde hace 35, aprendió el oficio en un taller de Comas; trabaja en bronce, cobre, alambre, hace aretes, e insignias militares, y medallas de fantasía, coloca su mercadería en tiendas de la Av. Abancay, vive hace cuatro años en el Cerro Cachito.


Félix tiene talento en las manos eso es indudable, sin embargo podría elaborar mas artesanías si tuviera su maquina soldadora, que perdió hace un año; un marino lo estafo y se desapareció con ella ahora solo le queda una vieja y oxidada maquina para cortar metales que le da para comer, pero no para los ochenta dólares que necesita para recuperar su maquina perdida.


Roxana Campos, de 33 años de edad es la esposa de Félix, ella lo ayuda en lo que puede con las artesanías y cuida a los tres hijos de ambos, Luis de 10, Iván de 9, y Tamara de 3 años; Roxana nos cuenta las penurias que pasa día a día para alimentar a sus hijos y los problemas que comenzaron hace un año.


El año pasado murió el padre de Roxana, quien nació con problemas en la vista, no puede ver bien ya tiene la medida de los lentes que necesita, probablemente hace años, pero que comprara pronto; además de eso sufrió un derrame facial este año a consecuencia del stress y los nervios de no saber como alimentar a sus tres hijos todo esto sumado a la tristeza de perder a su padre.


Sin embargo no todo son problemas para los Campos Lozada, hace dos años la empresa Repsol les otorgo un modulo de vivienda, solo cinco familias dentro de Cerro Cachito recibieron uno, esto después de ser calificados sus casos como extremos, dentro de un asentamiento humano ya considerado de extrema pobreza.


Félix se quiere seguir dedicando a la artesanía, Roxana quiere estudiar repostería, ahora que la salud mejora y que la asociación esta capacitando a panaderos en el oficio, ella tiene la esperanza de trabajar mas y olvidarse de las pastillas y los tratamientos pronto.

El camisero

El señor Hugo Antonio Chávez Pena, tiene 48 años de edad y se ha dedicado a la sastrería desde los 17 años, es especialista en confección de camisas y actualmente trabaja en un taller de la Av. Argentina en Lima.


Con lo único que cuenta en estos momentos es con una maquina de coser a pedal, la cual el tiempo de ventanilla se ha encargado de destruir y oxidar; el pedal esta roto y el ingeniosamente lo ha reconstruido con trozos de madera.


Se encuentra deseoso de compartir su conocimiento con gente mas joven pero sueña con hacerlo desde la comodidad de su casa, levantarse a las cinco de la mañana para llegar a las siete a Lima es un esfuerzo doble para quien sufrió de polio de niño y que de milagro salvo una pierna.


La asociación del Cerro Cachito cuenta con maquinas de coser y el gobierno regional las usa para capacitar a los pobladores, pero Hugo no puede hacer uso de estas maquinas como el quisiera; ahora necesita independizarse.


Hugo aun guarda los patrones con los que ha confeccionado por todos estos anos porque suena con conseguir el dinero para una remalladora y una maquina nueva con las cuales quiere comenzar un negocio propio.


La compañía Van Huesen, le enseno todo lo que se necesita saber sobre confección, ha pasado por otras compañías muy reconocidas como John Holden, Robin Hood, etc; gracias a sus conocimientos, pero confiesa que la edad y su discapacidad lo están limitando y que ya no es lo de antes.


Nos muestra con entusiasmo el espacio que ya ha destinado para emprender su compañía, espera que mas confeccionistas discapacitados como el se le unan para así generarse un ingreso sin tener que salir de ventanilla.


Hugo lleva el talento en la sangre como también lo hace su hija quien es confeccionista como el, nos lo cuenta mientras nos muestra mas de sus trabajos, camisas y mas camisas.


A pesar de la adversidad de las limitaciones, del mal tiempo y de la pobreza, Hugo nos regala una sonrisa el sabe que muy pronto recibirá la ayuda que necesita para cumplir su sueño, uno que esperemos no maltrate el tiempo de ventanilla, como con la vieja maquina de coser a pedal.