El señor Hugo Antonio Chávez Pena, tiene 48 años de edad y se ha dedicado a la sastrería desde los 17 años, es especialista en confección de camisas y actualmente trabaja en un taller de la Av. Argentina en Lima.
Con lo único que cuenta en estos momentos es con una maquina de coser a pedal, la cual el tiempo de ventanilla se ha encargado de destruir y oxidar; el pedal esta roto y el ingeniosamente lo ha reconstruido con trozos de madera.
Se encuentra deseoso de compartir su conocimiento con gente mas joven pero sueña con hacerlo desde la comodidad de su casa, levantarse a las cinco de la mañana para llegar a las siete a Lima es un esfuerzo doble para quien sufrió de polio de niño y que de milagro salvo una pierna.
La asociación del Cerro Cachito cuenta con maquinas de coser y el gobierno regional las usa para capacitar a los pobladores, pero Hugo no puede hacer uso de estas maquinas como el quisiera; ahora necesita independizarse.
Hugo aun guarda los patrones con los que ha confeccionado por todos estos anos porque suena con conseguir el dinero para una remalladora y una maquina nueva con las cuales quiere comenzar un negocio propio.
La compañía Van Huesen, le enseno todo lo que se necesita saber sobre confección, ha pasado por otras compañías muy reconocidas como John Holden, Robin Hood, etc; gracias a sus conocimientos, pero confiesa que la edad y su discapacidad lo están limitando y que ya no es lo de antes.
Nos muestra con entusiasmo el espacio que ya ha destinado para emprender su compañía, espera que mas confeccionistas discapacitados como el se le unan para así generarse un ingreso sin tener que salir de ventanilla.
Hugo lleva el talento en la sangre como también lo hace su hija quien es confeccionista como el, nos lo cuenta mientras nos muestra mas de sus trabajos, camisas y mas camisas.
A pesar de la adversidad de las limitaciones, del mal tiempo y de la pobreza, Hugo nos regala una sonrisa el sabe que muy pronto recibirá la ayuda que necesita para cumplir su sueño, uno que esperemos no maltrate el tiempo de ventanilla, como con la vieja maquina de coser a pedal.
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